Del "friend-raising" al fundraising: horizontes para el sector cultural después la pandemia
Anna Fabra Raduà
[Tiempo de lectura: 5 minutos]
El virus ha provocado la disrupción de nuestras vidas a nivel global; una interrupción muy brusca de efectos vertiginosos y demasiadas roturas dolorosas. Para muchos, la única válvula de escape que tenemos estos días de confinamiento la encontramos en la cultura, la que entra de forma desinteresada por nuestras pantallas.
Pero, detrás de esta generosidad que nos distrae, nos llena el alma y nos mantiene en la cordura, ¿qué pasará con el sector cultural y de la creación después de la pandemia?, ¿cuántas organizaciones, carreras e iniciativas se quedarán en el camino o les costará años remontar?, ¿qué pasará con la escena artística emergente?
La cultura es un sector del que se dice tener una mala salud de hierro. Su resistencia y resiliencia forman parte de su ADN. Los escenarios que se dibujan post-COVID 19 no son muy esperanzadores a corto y medio plazo, sobre todo para la música en vivo y las artes escénicas.
Ahora toca pensar, conversar, combinar ideas (y hacerlo juntas), para hacer de la necesidad virtud y encontrar otros modelos para la supervivencia y, esperamos, revalorización de la cultura. A continuación, apunto algunos efectos de la pandemia en el sector cultural, y ejemplos que pueden servir para reimaginar nuevos horizontes:
1. Ampliación de públicos y preguntas incómodas
Si algo es evidente estos días, es que el sector cultural está conectando con públicos más amplios y transversales; a través de teléfonos, tabletas y ordenadores está entrando en muchos hogares donde no hubiera llegado con la misma intensidad sin la imposición de la cuarentena. De hecho, nunca se había tenido un público no cautivo tan amplio al que podemos llegar por la propia viralidad de las comunidades en red.
Al mismo tiempo, la pandemia ha puesto de manifiesto la brecha tecnológica que deja muchas comunidades al margen del sosiego que el sector cultural está brindando de forma altruista, acentuando una injusticia ya sistémica. Un debate político que las instituciones culturales no deberían esquivar cuando pase la emergencia sanitaria.
Otra cuestión incómoda es cómo el sector cultural monetizará la generosidad con que ha salido a cuidar la salud mental de los conciudadanos. Evidentemente, ahora toca apoyar urgentemente el sector sanitario y próximamente al social; de eso no hay duda. Pero el sector cultural debe saber explicar su impacto económico –que lo tiene– y sobre todo su impacto social en el bienestar de las personas y la cohesión colectiva; decir alto y claro por qué 'es' y quiere 'seguir siendo' relevante para la sociedad.
Saber defender (con datos y estudios) el valor de la cultura y transmitir este mensaje será clave para la recuperación y reputación del sector cultural post-COVID 19. Porque si algo nos enseñan otros sectores como el social o el humanitario, es que las personas no conectamos con instituciones, sino con sus causas.
2. La imagen del artista
La pandemia y las redes sociales nos están haciendo conocer de otra forma a artistas, creadores/as e intérpretes, que nos hacen llegar su pasión de una forma directa y más íntima, bailando en comedores que son como las nuestros, escribiendo en mesas de IKEA como las nuestras, recitando en cocinas como las nuestras, comentando obras de arte desde sus habitaciones, cantando en duchas como las nuestras, tocando instrumentos en balcones como los nuestros, etc.
El resquicio de elitismo del sector cultural no nos dejaba ver la realidad: el 99% de artistas, creadores/as, técnicos y trabajadores del sector cultural no están montados en el dólar, sino que tienen vidas y familias similares a las nuestras. Esta nueva empatía debería jugar a favor cuando debamos reconstruir el sector desde ya.
3. Fundraising y cultura
El fundraising tendrá que entrar sin miedo en el sector cultural de nuestros lares, tal y como funciona en el mundo anglosajón. Es verdad que nos separa una larga tradición filantrópica, pero la supervivencia del sector cultural dependerá también de la capacidad de captar fondos privados y, sobre todo, de donantes individuales (empezando por nuestro público más fiel), que den estabilidad a los mermados presupuestos públicos.
Actualmente nos encontramos ante la paradoja de tener un enorme público deseoso de consumir cultura sin pagar, pero también con una porción de este público que estaría dispuesta a ayudar y que, actualmente, no tiene forma de hacerlo.
En un futuro próximo creo que veremos aflorar nuestra propia versión del botón "Join us" o "Donate now" que en otras latitudes preside sin prejuicios las páginas web de entidades culturales, compañías de danza, grupos de teatro, etc...
La habilidad del sector cultural será convertir el friend-raising de ahora en el fundraising del mañana.
Ejemplos para inspirarnos:
- The Corona Variations: la compañía canadiense de teatro site-specific Convergence Theatre se las ha ingeniado para seguir ofreciendo experiencias teatrales a su público seguidor. Han ideado un ciclo de 6 obras de teatro por teléfono, y cada noche la interpretan individualmente a 10 espectadores que han pagado y, atención, tienen papel en la obra. La experiencia exclusiva e individual tiene un potencial enorme, y la prueba está en que han colgado el cartel de 'sold out'.
- Venta de libros del MoMA: el MoMA de Nueva York es uno de los museos más importantes del mundo que el pasado octubre de 2019 reinauguró tras una flamante reorganización de su colección. Desde que empezó la pandemia ha tenido que recortar salarios y despedir a más de 170 trabajadores, la mayoría del departamento de educación. La semana pasada, a través de la tienda del museo, el MoMA puso a la venta libros de bibliófilo que tenía en sus archivos (valorados entre $25 y $2.500) para captar fondos para sus exposiciones y sus programas educativos.
- The Social Distancing Festival: esta iniciativa canadiense tiene por objetivo dar visibilidad a los proyectos culturales que se han cancelado o pospuesto sine die y, al mismo tiempo, difundir los canales de apoyo directo a organizaciones artísticas y culturales.
- The Metropolitan Opera At-Home Gala: el sábado 25 de abril, la ópera de Nueva York ofreció una gala virtual a favor de la institución. Bajo el claim 'The Voice Must Be Heard', 40 cantantes de ópera cantaron su aria favorita desde el salón de sus casas a favor de la institución. Durante la gala se podrían hacer donaciones de entre 25$ y 1.000$.
- Donate your tickets, LA PHIL: La Filarmónica de Los Ángeles ha pedido a sus abonados y espectadores que consideren convertir sus entradas ya adquiridas en una donación para paliar los efectos del cierre. Una opción muy interesante a valorar antes de devolver masivamente todas las entradas vendidas.
________________________________
>>> Me encantaría seguir recopilando ejemplos. ¿Sabes de algún otro ejemplo de captación de fondos en el sector cultural que se haya activado durante la pandemia? ¡Compártelo en los comentarios, gracias!
CEO - LA COSTA
4ySuper interessant reflexió Anna Fabra Raduà 👏🏻
Communications Officer - EUreka3D European Project
4yMolt interessant! Gràcies, Anna, per compartir les teves idees i aquest recull d'iniciatives ;)
Gestora Cultural, Turística y de Eventos | Especializada en bosques y salud 🌳 | Creando experiencias de eco turismo y turismo regenerativo 🌍 | Promoviendo la conexión entre personas y naturaleza 🌱
4yPer una revalorització de la cultura ... gràcies per recollir propostes de fundraising vinculades a la cultura en temps de pandemia
Zohar Consultoria&Marketing Social
4yMolt interessant el resum de la situació Anna, gràcies